sábado, 9 de abril de 2011

LA POLÍTICA Y YO

Qué extraño se siente esta noche!. Que raro puede ser estar sentado la noche anterior a las elecciones en mi casa frente a la computadora a las 9 de la noche. Yo, que durante los últimos quince años estuve siempre metido en las campañas, haciendo un poco de todo, y hoy, por razones que el destino quiere, estoy alejado y sintiendo sin duda una gran nostalgia, sobretodo habiendo terminado hace solo seis meses una. Recuerdo cuando empecé, de manera fortuita, por esas cosas que suelen pasar, cuando un señor se retiró de una campaña en el antiguo local de Mariátegui de Somos Perú en Jesús María; y sin saber un carajo, tuve que pararme frente a un grupo de personas para capacitarlas para personeros. Yo ya iba acompañando a Lorena y Carlos Alfonso, pero no imaginé que seguiría en eso. Por increíble que parezca desde esa noche no paré. Siempre estuve metido en las campañas, presidenciales, segundas vueltas, municipales; hasta fui candidato a regidor (no sé si mereciéndolo) una vez. En las campañas he volanteado, saltado, cantado, gritado, fui a mítines, reuniones, he capacitado personeros, conversado con gente, hice afiches publicitarios, etc. Creo que para decir que alguien estuvo en campaña política, debe haber hecho de todo. No olvidaré mis inicios preparando engrudo para pegar en postes (trepándome a un banquito) los afiches de Andrade Presidente (lo que perdió el Perú), y recorriendo en un grupo de 6 las calles de Jesús María. Y como es la vida que hoy , quince años después, algunos de mis amigos siguen, por ejemplo alguien a quien admiro, Carlos Bringas, que es como un padre para mi. Hemos volanteado tantas calles que seguro no recuerdo, Jesús María, Pueblo Libre, Lince, Breña, Miraflores, San Isidro, las zonas más alejadas de San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, creo que todos los distritos de Lima. Hasta a Huaral nos hemos ido a hacer campaña. Eso sí, las noches eran de chamba hasta el caldo de gallina o hasta que aparecía Laurita con el Sandwichito. Llegar a la casa, si era, tal vez a las 2 o 3 de la mañana para tumbarte muerto en la cama y levantarte para ya a las 7 estar en marcha otra vez. Y es que en realidad las campañas se viven. Hay de todo, risas, peleas, amores, convivir por meses con personas que luchan por los mismos ideales que tú. Jamás olvidaré en nuestra primera elección, a pocos minutos de saber el resultado final, creyendo que Andrade daría la sorpresa y que ganaría en primera vuelta. La campaña también es eso… sueños. Lo peor de una campaña sin duda es cuando termina. Luego de ese correr de los días, mirando como en la pared los números van bajando hasta llegar al día D y de pronto ya es Lunes; ese lunes que nunca nos gusta y que vemos tristes, al margen del resultado , como la campaña ha acabado. Llegan las despedidas. Hoy, el destino me ha llevado a ver la campaña desde afuera y ciertamente se siente raro. Se extraña a toda una serie de amigos que hice desde mis inicios en la campaña y que a muchos aún de vez en cuando veo y a otros que nos dejaron en el tiempo; claro que no podría nombrarlos porque sería casi escribir hasta el final de la segunda vuelta.