domingo, 30 de agosto de 2009

30 veces mejor

Últimamente estuve escribiendo cosas personales, cosas que me sucedían en los avatares diarios; cosas que como comentó el otro día Lorena, le parecía mejor que cuando empiezo a escribir pichulada y media de cosas que Dios sabe porqué salen; pero, y siempre cae un pero en algún momento, escribo de cosas que se me ocurren en el momento y no puedo variar. Aunque en realidad no sé aún por qué escribo, será para poder ocupar mi tiempo antisocial en algo medianamente social (claro si alguien entra al Bloj ,como lo llama Angela Carmona).
Creo que escribo porque pareciera que vine al mundo con una dosis suficiente de locura como para toda la vida (frase citada de Danitza y la cual plagiaré al mejor estilo de Bryce Echenique.
Hoy, posiblemente, escuchando algunas canciones rockeras de mi época estudiantil, se me vinieron muchas imágenes de situaciones pasadas. Y, muy cierto es, que el tiempo pasa día a día y aunque intentemos mantenernos se va llevando un pedazo de cada uno. Algunos dicen que vamos creciendo; yo, como siempre contrario, pienso que cada día nos queda menos. En fin, podremos hasta quitarnos la edad si queremos (esa va para todas las mujeres), pero el tiempo… vale más que el dinero?. Gracias a Interbank por el auspicio.
En mi época de colegial, cuando aún muchas fotos de mi promoción éran en blanco y negro (prueba de ello, pueden ver mi facebook), recuerdo que usábamos el uniforme color rata; yo tenía mi Walkman (para los chibolos, era esa cajita grande donde metías el cassette… que qué es cassette?? Ok… olvidémoslo. Bueno, esos cassettes o cintas magnetofónicas eran los primeros que usaba para poner música en fiestas. Claro no existía el Ares, ni bajar música por Internet…es más, la gran mayoría desconocía lo que era eso. No existía el reguetón, el rock de los ochenta era lo que sonaba en las radios, los legendarios y míticos Soda, Frágil, Los Prisioneros y toda una serie de bandas peruanas (río, trama, jas, dudó, imágenes, etc. Ojo, no es que yo sea viejo, sino que tengo amplios conocimientos. Las madrugadas del colegio las acompañaba gritando “Vamos Perú” con los mates de Gaby Pérez y Cecilia Tait en Seúl. Los primeros cumpleaños de chibolo se celebraban en EL RANCHO (R.I.P.) de Benavides. Las salchichapapas las comías en el TIP TOP de Pardo y en la CASITA frente al parque de Miraflores. Las primeras hamburguesas no eran de Mc Donalds, Bembos o Burger; esos sitios no existían en nuestras mentes, pero sí, saliendo de Camino Real (ya habrá un poco escrito luego) cruzabas la pista e ibas al Bon Beef.
Esas épocas no eran de Asia ni de Larcomar, pero las tardes de Sábado debías estar en el ya antes mencionado Camino Real con tus patas intenando conquistar alguna chica y llevándola al cine Real 1 o Real 2 a ver alguna película. Empezaban los quinceañeros, los peinados medio parados, con cerquillo y estrambóticos era lo que se usaba. Pantalones jeans pegados. La moda de usar gel, jamás me olvidaré con algunos amigos corriendo a la farmacia a comprar potes de gel para el pelo. En esa época, cuando afanabas, no pedías ni msn, ni nextel, por ahí si te ligaba conseguías un teléfono de 6 dígitos, pero luego tenías que sortear valientemente las 100 preguntas que te hacían los viejos cuando llamabas a la casa. El fútbol peruano si iba a los mundiales, las estrellas eran Cueto, Uribe y Oblitas. No pensábamos en película de magos como Harry Potter pero sí teníamos a Luck Skywalker en las Guerra de las Galaxias (ojo la edición vieja donde se veían los hilitos con los que movían las naves en el “espacio”). Wong era aún una pequeña Bodega de barrio; las combis no llenaban los carriles de las calles y si alguien hubiese en esa época hablado de MP4 hubiese pensado que era un grupo de música como B52, UB40 o U2.
Mis primeros juegos eran en Atari, obvio nadie tenía computadora en casa y menos hablábamos de Internet. Jamás hubiese imaginado usar el msn y que la “arroba” (@) sería un elemento que usaría a diario.
Los trabajos los hacíamos en máquinas de escribir. Cómo odiaba cuando iba casi a terminar la hoja y a la mierda la cagaba y tenía que rehacerla porque no aceptaban hojas con borrones (en esa época usábamos el liquid paper).
Para llamar a mi enamorada corría a la bodega y compraba las fichas del RIN y buscaba ese teléfono Naranja.
Gótica, Aura no existía, y la gente se divertía en The Edge, Psicosis, Nirvana, LOS OLIVOS (por años nuestra) o la Miel en Miraflores. Alan igual que ahora era Presidente, los coches bomba y los apagones eran una noche normal. Mis puchos marlboro los compraba de contrabando en el óvalo del Pacífico caleta.
Seguiría pero mi little sis fio me llama así que luego seguiré escribiendo.
Hablamos.

1 comentario:

Paloma dijo...

traduccion
estas viejo
jajajajaja